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El cuidado de los pies debería ser un hábito en nuestro día a día. Pues, unos pies saludables mejoran la autonomía, mantienen activo y previenen algunos problemas. En este blog explicaremos por qué es tan importante y cómo deben cuidarse correctamente. ¡No te lo pierdas! Además, si quieres especializarte en el sector, puedes realizar nuestros Másteres y Cursos en Dermatología y Cosmética.

¿Por qué es importante el cuidado de los pies?

El cuidado de los pies es un primer paso muy importante para prevenir dolencias mayores. Por ejemplo, muchos de los problemas que se producen de espalda, cadera, rodilla o tobillos, son generados por un incorrecto cuidado de los pies. Por lo tanto, son una parte fundamental para el bienestar y salud de una persona. Pero, además, también son una carta de presentación.

Los pies soportan todo el peso del cuerpo y permiten el desplazamiento y equilibrio. Por eso, de ellos depende, en cierta manera, de la salud de nuestras piernas y de la columna vertebral. Además, la piel de la zona plantar del pie es diferente a la del resto del cuerpo. Es donde abundan las glándulas sudoríparas y casi no hay ni glándulas sebáceas ni melanocitos. Y la epidermis es más gruesa, especialmente en las zonas de apoyo. Por ese motivo, hay que presentarles la atención que se merecen.

Consejos para cuidar los pies

Para cuidar correctamente nuestros pies y mejorar nuestra calidad de vida, debemos tener en cuenta los siguientes factores:

Higiene

Para mantener una buena higiene en nuestros pies debemos seguir las siguientes instrucciones:

  • Lavarse diariamente con agua templada y jabón suave.
  • Secar bien los pies, incluso los espacios entre los dedos, después de la ducha o baño. Pues esta es la forma más segura para evitar la aparición de hongos, así como, síntomas molestos y consecuencias.
  • Masajear, incluido las uñas, con una crema hidratante apta para nuestro tipo de piel. Esto aportará flexibilidad y elasticidad a la piel y ayudará a calmarla y drenarla. Además, también es una manera de impedir infecciones de la piel, durezas o callosidades. Se aconseja aplicarla un tiempo antes de ponernos los zapatos y/o calcetines. Pues, la piel no absorberá correctamente la crema y generará un ambiente húmedo dentro del calzado.
  • Cortar las uñas de forma recta, en vez de redondeada porque puede provocar uñeros. Y usar limas de esmeril o cartón ya que las metálicas deshojan y vuelven frágiles las uñas. Y evitar limar los costados.
  • Exfoliarse los pies utilizando un rascador especial para eliminar callosidades y zonas ásperas. Y a la vez, comprobar si hay lesiones entre los dedos y las zonas donde los zapatos ejercen presión. Pues si se observan callos, verrugas, juanetes o cualquier otra afección, se debe visitar un podólogo.

Calzado

Desde la infancia, un buen calzado es muy importante para evitar deformaciones en los dedos, mal olores, etc. Por lo tanto, conocer nuestros pies, nos ayudará a elegir correctamente el tipo de calzado según el uso. Por ejemplo, para hacer deporte, para caminar o estar por casa.

Los zapatos deben ser cómodos, ni muy altos ni muy bajos. Con un tacón ancho, no más de 5 centímetros. Y deben evitarse aquellos que tengan las puntas estrechas que aprisionan los dedos. Se recomiendan, normalmente, de piel suave y flexibles que absorban el sudor, o bien, de tejidos suaves y transpirables.

Ejercicio

El ejercicio de pies ayuda a mantenerlos sanos. Por ejemplo, se aconseja estirar y recoger los pies, mover los dedos y girar los tobillos. Esto ayuda a mantener activos los músculos, los tendones y las articulaciones. Otra buena manera de descansar las articulaciones es caminando descalzo sobre la arena, el césped o por el agua.