¿Sabías que la piel es el órgano más grande del cuerpo? Hay varios tipos de piel distintos y cada uno tiene un cuidado diferente. Nuestra piel puede cambiar según varios factores, pero una piel sana se divide en 4 tipos de piel diferentes.
Consulta el plan formativo de nuestro Máster en Dermatología en Medicina para conocer más sobre la piel. Especializarse es una de las formas más eficaces de mejorar tu formación y sobresalir entre los demás candidatos.
Índice de contenidos
Tipos de piel: normal, seca, grasa y mixta
Es importante conocer qué tipos de piel existen para que podamos cuidarla adecuadamente. Muchas veces un producto para el cuidado dermatológico no funciona como debería. Eso puede deberse a que no es el indicado para nosotros.
¿Cómo encontramos los productos adecuados para para nuestra piel? La mayoría de productos vienen con indicaciones sobre en qué tipo de piel debe usarse. Si conoces tu piel, conoces la forma de cuidarla.
Tipos de piel y cómo identificarlos
A continuación, te contamos loas 4 tipos de piel que existen y cómo identificarlos.
Piel normal
Se trata de un tipo de piel elástica y suave con los poros pequeños. El tono de la piel es rosado y goza de una buena circulación. No suele experimentar reacciones a los productos y tiene un aspecto saludable y equilibrado.
Aunque el término “normal” puede resultar confuso en relación a los demás, hace referencia a una piel equilibrada. El término científico para referirse a este tipo de piel es el de “eudérmica”.
Piel seca
Este concepto se utiliza para referirse a aquel tipo de piel que produce menos sebo que la normal. A consecuencia de ello, la piel seca no tiene los lípidos necesarios para retener la humedad y formar un escudo protector frente a influencias externas.
Es mucho más habitual en mujeres que en hombres. Hay que tener en cuenta, además, que todos los tipos de piel se vuelven más secos con la edad. Además, los problemas relacionados con la piel seca constituyen una afección corriente y representan el 40 % de las visitas dermatológicas.
Hay tres tipos de piel seca en función del grado de sequedad:
Piel seca
Este tipo de piel puede resultar tirante y percibirse frágil, áspera y de aspecto apagado. También afecta la elasticidad cutánea, que es más débil que en otros tipos de piel.
Piel muy seca
Si la sequedad no se trata, puede presentar otros síntomas. Estos son: consistencia laminosa, aspecto áspero o manchado, sensación de tirantez y un posible picor. También es más sensible a la irritación, el enrojecimiento y el riesgo de infección.
Piel extremadamente seca
Afecta especialmente a zonas concretas del cuerpo, que tienen más tendencia a la sequedad extrema. Estas son las manos, los codos, los pies y las rodillas. Algunos de los síntomas de una piel extremadamente seca pueden ser la aspereza, el aspecto cuarteado con tendencia a formar grietas, callosidades, descarnación y un picor frecuente.
Piel grasa
Este concepto describe ese tipo de piel que tiene una elevada producción de sebo, a diferencia de la piel seca. Esta producción excesiva se denomina “seborrea”, y puede causarla la genética, los desequilibrios hormonales, la medicación, el estrés o algunos tipos de cosméticos.
Este tipo de piel se caracteriza por presentar unos poro agrandados y claramente visibles, brillantez y por ser engrosada y pálida; puede que los vasos sanguíneos no sean visibles.
Piel mixta
La piel mixta es aquella que está constituida por una mezcla de tipos de piel. La zona T es grasa (frente, mentón y nariz), presenta poros agrandados y tal vez algunas impurezas, mientras que las mejillas son entre normales y secas.
Así, cuando busques cosméticos y productos para cuidar tu piel, ten en cuenta sus características y si es el más adecuado. Nuestro tipo de piel puede evolucionar en el curso de la vida y sobretodo volverse más seca hacia la vejez. Conocer nuestro tipo de piel es esencial para mantener el cuidado a lo largo de los años.