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Prevenir la obesidad se ha convertido en uno de los principales retos de la sociedad de occidente. En España, los datos son alarmantes: más de la mitad de la población sufre sobrepeso u obesidad.

Según el Estudio Nutricional de la Población Española, el 22% de los españoles tiene obesidad, y el 31,6% presenta sobrepeso. Así, el número de personas afectadas por el sobrepeso y la obesidad en España se sitúa en el 53,6%, según datos de este 2021.

La obesidad es una enfermedad compleja que consiste en tener una excesiva cantidad de grasa corporal, pero sus efectos, como ya habrás imaginado, no se limitan a la estética. Se trata de un problema médico que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial alta y determinados tipos de cáncer.

Te contamos los datos, las causas y formas para prevenirla en este post, pero siempre puedes formarte en nutrición con nuestros másters.

Prevenir la obesidad: el sobrepeso

Para prevenir la obesidad es importante saber en qué momento empieza a producirse. Para muchas personas puede resultar difícil identificar qué es sobrepeso y qué es obesidad, y ambas cosas son distintas.

Como en cualquier otra enfermedad, es mucho más fácil solucionar el problema cuanto antes se detecta. Si nos damos cuenta de que hemos superado nuestro índice de masa corporal y que podríamos tener sobrepeso, lo mejor es cortar de raíz.

Cómo saber si tengo sobrepeso

Para determinar si nos encontramos en nuestro peso ideal, se usa un indicador llamado Índice de Masa Corporal o IMC. Se calcula al dividir nuestro peso por el cuadrado de la estatura (en centímetros).

Se considera que estamos en nuestro peso ideal si el resultado se encuentra entre 18.5 y 24.9. De 25 a 29.9 se considera sobrepeso, y más de 30, obesidad. Puedes usar la calculadora del índice de masa corporal del Texas Heart Institute para averiguar el tuyo.

Causas de la obesidad

La obesidad ocurre cuando se ingieren más calorías de las que se queman en el día a día. El cuerpo almacena este exceso de calorías en forma de grasa y nuestro peso, en consecuencia, aumenta.

No obstante, los factores que influyen en ella son diversos. Por un lado, hay que tener en cuenta las influencias genéticas, conductuales, metabólicas y hormonales en el peso corporal. No todos los cuerpos funcionan de la misma manera, y unas personas tienen más predisposición genética a sufrir obesidad que otras.

Los problemas sociales y económicos también influyen en su salud. Si se tiene poco poder adquisitivo, es más difícil acceder a alimentos más saludables puesto que suelen ser, también, los más caros. En comparación, es mucho más barato comprar un paquete de ‘frankfurts’ que uno de carne picada de mayor calidad en la carnicería, por ejemplo.

De manera similar, es posible que la persona no haya recibido educación entorno a formas saludables de cocinar. Incluso puede que, aún queriendo hacer ejercicio, no tenga a su alrededor áreas seguras para hacerlo.

Curiosamente, también las personas de nuestro entorno nos influyen al respecto. Es mucho más probable que desarrolles obesidad si tienes amigos o parientes obesos.

Formas de prevenir la obesidad

Al igual que sucede con muchas otras patologías, la mejor forma de prevenir la obesidad pasa por tener un estilo de vida saludable. Para ello, pueden llevarse a cabo una serie de prácticas:

Ejercicio

Hacer ejercicio de forma regular ayuda a quemar las calorías de más y favorece nuestra salud mental. Lo recomendado es hacer entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada a la semana.

Dieta

Controlar lo que comemos es esencial. Lo mejor es llevar una dieta rica en nutrientes y baja en calorías. También se deben evitar las grasas saturadas, el alcohol y los dulces. Las mejores opciones pasarán por la fruta, la verdura y los cereales integrales.

Identificar situaciones de riesgo

¿En qué momentos sueles comer peor? ¿Cuándo sales con amigos, consumes alcohol y comida rica en grasas? Debemos identificar en qué situaciones somos más propensos a perder el control de nuestra dieta para estar preparados para ellas, ya sea evitándolas o escogiendo alternativas saludables.

Control de peso

Un control de peso semanal nos dará la motivación necesaria para bajar de peso. La presión de presentarle resultados a la báscula servirá de combustible para seguir la semana siguiente. Además, detectaremos cualquier retroceso en nuestro plan lo suficientemente pronto como para actuar

Constancia

La constancia es fundamental. De nada sirve que nos pongamos al cien por cien la primera semana, al cincuenta por ciento en la segunda y que después lo dejemos. Debemos mantener el mismo ritmo siempre.

Lo más importante de todo es que la obesidad se considera una enfermedad crónica. Si no se mantiene una dieta y una rutina de ejercicios constante, lo más posible es que vuelva a aparecer en poco tiempo.